De acuerdo con el esquema propuesto en el inventario de referencia,
y comenzando en abril de 1986, se realizaron 48 campañas de cuatro
o cinco días de duración en tres sitios diferentes y en
distintas épocas del año dentro de cada subregión
fisiográfica.
La tarea primordial estuvo basada en los viajes de campaña
en los que se obtenía información mediante la observación,
colección y realizando encuestas sobre el conocimiento de la fauna
de vertebrados propio de los pobladores de cada lugar.
Posteriormente, y en referencia especial a grupos taxonómicos
problemáticos como algunos anfibios, saurios, ratones de campo
y murciélagos, se procedió a la preservación, catalogado
y almacenamiento de los ejemplares colectados a fin de documentar la identificación.
Finalmente, sobre un total de 3564 citas acumuladas, se sumaron
las listas de cada subregión y a su vez las de cada región
con el fin de determinar las áreas de mayor importancia en cuanto
a la diversidad de vertebrados. Se suministran datos sobre la distribución
de 292 especies de vertebrados (9 peces, 8 anfibios, 35 reptiles,
195
aves y 45 mamíferos), anexándose además información
propia y de otros autores sobre 107 especies más (11 peces, 4
anfibios, 11 reptiles, 70 aves y 11 mamíferos) no registradas
durante el desarrollo del Plan.
Dado que no existen criterios absolutos que permitan garantizar
la eficacia de los métodos de muestreo, y las escalas en los cuales
son aplicables para determinar la distribución exacta de una especie,
preferimos basarnos en un esquema práctico y fácil de interpretar,
como lo son las subregiones fisiográficas. Estas subregiones conforman
en el paisaje unidades ambientales fácilmente reconocibles, moldeadas
a través del tiempo por el clima, la geomorfología, el suelo
y la vegetación.
Para coleccionar pequeños mamíferos se establecieron
líneas de trampas (alrededor de 80) de captura viva tipo Davis
(1962) y Sherman, y muerta (Museum Special y para ratas) en distintos
hábitats (por ejemplo: jarillal, bosque, roquedal o borde de cauce)
tratando de obtener las especies menos frecuentes circunscriptas a un
determinado ambiente.
En varias oportunidades se usaron redes de neblina para la
captura de murciélagos en lugares donde los pobladores informaban
de su presencia. Fue también de gran ayuda la recuperación
de restos de pequeños mamíferos de regurgitados de aves
rapaces, en especial de la Lechuza de Campanarios (Tyto alba)
(Tiranti, 1988, 1992, 1994), y de la Lechucita Vizcachera (Speotyto
cunicularia) (Serracín et al. 2001) en los casos que fue posible
hallar dormideros de estas aves predadoras, ya que casi siempre se podían
agregar especies a las ya obtenidas en el corto lapso del trampeo.
Para mamíferos mayores se coleccionaron cráneos
hallados en las proximidades de las viviendas rurales, producto de la
caza para consumo humano (Piches, Mara, Guanaco, Vizcacha), para obtener
pieles (Zorros, Gatos, Zorrinos) y para proteger el ganado (Puma).
Para aves la mayor información proviene de observaciones
a campo con binoculares. En algunos casos se coleccionaron con armas de
fuego ejemplares de difícil determinación como Furnáridos
del género Asthenes y Tiránidos del género
Elaenia.
Para obtener anfibios y reptiles se efectuaron recorridos
por bordes de lagunas, tanques y aguadas, también removiendo rocas,
cortezas de árboles, etc.
En los casos que fue posible se establecieron redes agalleras en cursos
o cuerpos de agua y se efectuaron barridas con redes de mano para obtener
peces.
Las encuestas a pobladores aportaron datos sobre animales
mayores cuya presencia para nosotros era a veces de difícil constatación
como Ciervo Colorado, Puma o Jabalí, especies éstas que
gravitan en la actividad humana.
Debe destacarse que a través de las diversas campañas
se obtuvieron ampliaciones de distribución y nuevas localidades
para varias especies de vertebrados, incluso obteniéndose ejemplares
de especies no previamente citadas para la Provincia de La Pampa (Tiranti,
1989; Tiranti y Borráz, 1989).
Adicionalmente, varios especímenes obtenidos en las
campañas de este Plan fueron utilizados para trabajos de investigación
específicos relacionados con la identificación taxonómica,
donde se utilizaron técnicas citogenéticas (Tiranti 1996,
1997; 1998 a, b, 1999). Además, recientemente se han publicado
trabajos relacionados con la herpetofauna (Tiranti y Avila, 1997), la
fauna de quirópteros (Tiranti y Torres, 1998), y sobre la situación
taxonómica de los roedores subterráneos conocidos comúnmente
como Tucu Tucos (Tiranti y Massarini, 1999) donde se hace mención
a ejemplares coleccionados y a observaciones a campo obtenidos en las
campañas de este Plan.
Los nombres comunes y científicos de los diferentes
grupos de vertebrados, así como su ordenamiento taxonómico,
han sido en general tomados de trabajos sistemáticos específicos,
como los de López et al. (2003) para peces, Cei (1980) para anfibios,
Cei (1986, 1993) para reptiles. Para las aves se ha seguido a Olrog (1978),
y Navas et al. (1995) quienes a su vez se han basado en Altman y Swift
(2da edición, 1989), y para mamíferos se ha hecho referencia
a Galliari et al. (1996).
El material coleccionado se encuentra depositado en el Museo Provincial
de Historia Natural bajo la sigla RVP (Relevamiento de Vertebrados de
La Pampa). |